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5/06/2018

Dentro del mundo Empresarial, la rentabilidad es quizás la expresión más utilizada por los asesores y consultores que señala la capacidad de una Compañía para generar resultados, bien sean positivos o negativos, a partir de un capital invertido.

Una rentabilidad adecuada permite que las Empresas entiendan y atiendan la forma en que crecen para mantener, consolidar o mejorar su posición competitiva dentro de la Industria en la que se desenvuelven. Al respecto, varios estudios señalan que la rentabilidad de cualquier Compañía depende en un 70% de su desempeño, mientras que el 30% restante obedece a los vaivenes del sector en el que está jugando.

Muchos Asesores plantean los tres caminos habituales para mejorar la rentabilidad: controlar de manera estricta los gastos, mejorar los márgenes por producto y aumentar la frecuencia de las ventas. Sin embargo, estas acciones olvidan las particularidades y minimizan el hecho de que cada Empresa es un organismo único que genera valor de diversas formas. Por eso resulta necesario aplicar la lógica inicial de utilizar los recursos locales, para solucionar necesidades locales, lo que permitirá entender la verdadera salud de la Organización y velar por una correcta eficiencia financiera. La mentalidad Empresarial considera que en el mercado gana el que más vende y olvidan que el verdadero ganador es el que produce más caja, es decir, el que genera más utilidades. Las Empresas deben perseguir el crecimiento rentable, que es definido como aquel escenario donde el valor generado crece más rápido que los esfuerzos. En otras palabras, en una empresa sana y rentable, la utilidad crece por encima de las ventas.​

CLAVES PARA EVALUAR LA RENTABILIDAD:

1. Haga el test del crecimiento rentable: evalúe la dinámica y el comportamiento de los últimos 3 años de las ventas (ingresos operacionales) y del indicador de rentabilidad (utilidad neta, Ebitda). Si la tasa de crecimiento de las ventas es mayor a la tasa de crecimiento de la utilidad neta entonces su empresa está creciendo de manera no rentable; de lo contrario, usted está en una posición privilegiada que debe seguir consolidando.

2. Evalúe su posición relativa frente al sector al cual pertenece: compare la dinámica de las ventas de los últimos 3 años de dicho sector frente a las ventas de su Empresa. En caso de que su Compañía tenga una tasa de crecimiento menor a la de la Industria entonces es hora de replantear su estrategia.

3. Afine su foco: identifique cuáles son esos productos y servicios vitales para su empresa y que le dejan ganancias de manera constante y descontinúe inmediatamente aquellos que son triviales, innecesarios y que solo consumen su energía, tiempo y recursos. Esto le permitirá a la Organización y sus Directivos enfocarse en los productos o servicios más rentables y reenfocar los esfuerzos que estaban desperdiciándose sobre aquellos productos que generan el valor para la Compañía.

4. Analice sus números financieros con nuevos ojos: recolecte esa información que está perdida en los archivos de contabilidad y que no suelen aparecer en los informes financieros tradicionales. Por ejemplo, entienda el ciclo de generación de flujo de dinero de una organización. La generación de flujo de dinero permite medir tres cosas: primero, si se está generando suficiente flujo de dinero; segundo, cuáles son las fuentes de generación de dinero; y tercero, cómo se está utilizando ese dinero.

5. Innove continuamente: enfoque una buena parte de sus recursos y esfuerzos en la gestión de introducir innovadores bienes y servicios para crear nueva demanda en segmentos del mercado inexplorados por sus competidores.

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